Reconocen a jóvenes voluntarios de Panamá por su labor de limpieza de popular playa.

Henry González, Johana García, 7EsNoticia Unión Adventista Panameña

Como parte de las actividades del Mes de los Océanos, alrededor de 400 jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se unieron a la Alcaldía de Panamá en una masiva jornada de limpieza en la playa de Costa del Este, el primero de septiembre. Este esfuerzo no solo tuvo reafirmar el compromiso de los jóvenes con el cuidado del medio ambiente, un principio que forma parte de su vida y de sus creencias religiosas.

Septiembre es el Mes de los Océanos en Panamá, una iniciativa que se lleva a cabo desde hace más de 20 años con el propósito de despertar la conciencia sobre la importancia de los ecosistemas marinos y la urgente necesidad de protegerlos. Durante este mes, se realizan diversas actividades en las playas del Pacífico, incluyendo acciones educativas y de limpieza, en colaboración con organizaciones públicas, privadas y sin fines de lucro. Este año, el evento tuvo un enfoque particular en la problemática de la contaminación por plásticos en los océanos. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los plásticos representan el 85% de los desechos que terminan en los océanos, con proyecciones que indican que para el año 2040, la cantidad de plásticos en los mares podría triplicarse. Este alarmante pronóstico es una de las razones que impulsaron a los jóvenes adventistas a participar en la limpieza de la playa de Costa del Este, una de las más populares de Panamá.


Desde temprano en la mañana, los jóvenes voluntarios se presentaron en la playa equipados con guantes y bolsas de basura, listos para recolectar la mayor cantidad posible de desechos. Para muchos de ellos, este acto no solo representaba una labor de servicio comunitario, sino también una oportunidad para vivir su fe de manera tangible.

“Es un honor para nosotros participar en esta actividad”, comentó Carlos Rangel, coordinador de los voluntarios de la Asociación Metropolitana. “Creemos firmemente que cuidar del medio ambiente es una manera de honrar la creación de Dios. Tenemos el deber de preservar la naturaleza, y actividades como esta nos permiten cumplir con ese propósito”. Los voluntarios lograron recolectar grandes cantidades de basura, en su mayoría plásticos, que habían sido arrastrados por las desembocaduras de los ríos y mareas. Al final de la jornada, la playa había recuperado parte de su esplendor original, y los jóvenes se sentían orgullosos de su contribución. Para muchos de los participantes, esta experiencia les permitió reflexionar sobre la importancia de los pequeños gestos en la protección del medio ambiente. Rolando Lyne, un joven de 14 años que asistió con su grupo de la Iglesia Adventista de San Miguelito compartió su perspectiva: “Al principio no estaba seguro de cuánto podríamos lograr en solo una mañana de trabajo. Pero cuando vimos la cantidad de basura que recolectamos, me di cuenta de que cada pequeño esfuerzo cuenta. Es increíble cómo algo tan sencillo como recoger desechos puede ser una
forma de servir a Dios y a nuestra comunidad”.

El sentimiento de comunidad y propósito también fue destacado por Yorlenis Villarreal, otra joven voluntaria de 17 años de la Iglesia de Belén que participó en la jornada. “Lo que más me sorprendió fue ver cómo todos estábamos unidos por una causa común. No solo limpiamos la playa, sino que también fortalecimos los lazos entre nosotros. Me siento más conectada con mi iglesia y mi comunidad, y quiero seguir participando en actividades como esta”. Para los jóvenes adventistas, el acto de limpiar la playa va más allá de una simple labor de voluntariado. Es una extensión de su fe. “La Biblia nos enseña que somos guardianes de la creación de Dios”, explicó Misael González, pastor y director de Jóvenes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Panamá. “Al limpiar esta playa, estamos actuando como buenos administradores del mundo que Dios nos ha dado. Es una forma tangible de vivir nuestra fe” añadió.

Unión Panameña trabajó en conjunto con la La Alcandía de Panamá

La Alcaldía de Panamá, que apoyó y coordinó la actividad junto con los jóvenes adventistas, expresó su gratitud por el compromiso de los voluntarios. “Estamos profundamente agradecidos con estos jóvenes por su dedicación y esfuerzo”, declaró Jarelys Gómez, representante de la Dirección de Gestión Ambiental de la Alcaldía. “No solo han ayudado a limpiar una de nuestras playas más importantes, sino que también han inspirado a otros a unirse a la causa. Es esencial que entendamos que nuestras acciones tienen un impacto directo en el bienestar del planeta”. Además de la limpieza, la jornada sirvió como una plataforma para educar a la comunidad sobre la importancia de mantener los entornos naturales limpios y libres de desechos. La participación de los jóvenes adventistas subraya una creciente conciencia sobre la sostenibilidad entre las
nuevas generaciones. En un contexto global en el que el cambio climático y la contaminación marina son preocupaciones de primer orden, la acción local puede ser un motor poderoso de cambio. La limpieza de la playa de Costa del Este es solo un pequeño ejemplo de cómo los esfuerzos locales pueden tener un impacto global. La contaminación por plásticos en los océanos es un problema que afecta a todo el planeta, y cada acción para mitigar este daño cuenta. La participación de los jóvenes adventistas en este evento es una prueba de que las nuevas generaciones están comprometidas con la construcción de un futuro más limpio y sostenible.

El evento concluyó con una ceremonia de agradecimiento en la que los voluntarios fueron
reconocidos por su dedicación. Más allá de los resultados inmediatos de la limpieza, el esfuerzo de estos jóvenes ha sembrado una semilla de conciencia en la comunidad. “El cambio es posible cuando la comunidad se une por una causa común”, señaló Gómez al final del evento. La Alcaldía de Panamá y las organizaciones comunitarias que apoyaron esta iniciativa continuarán promoviendo y organizando actividades similares durante todo el Mes de los Océanos. Con la esperanza de que más personas se sumen a estos esfuerzos, se espera que esta jornada inspire a más ciudadanos a hacer su parte en la protección del medio ambiente. El mensaje de esta actividad es claro: cada acción cuenta. La juventud adventista ha demostrado que está comprometida no solo con su fe, sino también con la protección del medio ambiente. En un mundo que enfrenta desafíos ambientales sin precedentes, es alentador ver cómo nuestros jóvenes se movilizan para marcar la diferencia. Cada pequeño esfuerzo suma, y juntos podemos construir un futuro más limpio y sostenible para las generaciones venideras.

“Creemos firmemente que cuidar del medio ambiente es una manera de honrar la creación de Dios. Tenemos el deber de preservar la naturaleza, y actividades como esta nos permiten cumplir con ese propósito”
Carlos Rangel